Comenzando

¡Hola! Soy Paula. Hace más de veinte años que convivo con estos "vaivenes". Creo este blog con la idea de compartir experiencias y testimonios entre pares, a su vez intento que este espacio tenga un fin informativo. Podés leer sobre mí en las entradas de febrero, allí detallo mis estados y la influencia de esta problemática en los vínculos interpersonales, en la estabilidad laboral; hablo de mis estados mixtos, de mis conductas bulímicas y anoréxicas y de cómo siento que todo me cuesta el doble que a los demás. Gracias por entrar.

martes, 22 de febrero de 2011

Inestabilidad laboral y oscilaciones anímicas


Toda la vida he sido muy responsable. Cumplidora, aplicada, estudiosa. Tuve mención de honor al terminar mi carrera, pues mi promedio superó el 9/10. Los años de estudio fueron tiempos  placenteros, recuerdo sólo dos depresiones en casi 8 años.
Cuando me recibí estaba muy comprometida con mi profesión.  Comencé cuatro Postgrados en los que mi rendimiento fue muy bueno, pero algo en mí hizo que cursara hasta el último día de clases habiendo aprobado todos los parciales para terminar sin presentarme al examen final. Y esto se debía a cierto decaimiento que me abatía, que me impedía finalizar correctamente tras un par de años de estudio. Qué manera de atentar contra mí!
La misma inestabilidad hizo que interrumpiera mi desempeño laboral numerosas ocasiones en 18 años. Siempre accedí a muy buenos puestos y cada vez que me desempeñé en forma autónoma los resultados fueron exitosos. Pero en cada uno de mis compromisos, en algún momento aparecía la necesidad de “cortar”, abandonar todo para encerrarme en casa, permanecer en mi cuarto con las persianas bajas, aislada del mundo. En esos períodos siempre tengo televisor y radio apagados, no contesto el teléfono, no leo ni asomo a la calle. Esto puede durar semanas o meses. En cada episodio sólo mantuve contacto, mayormente telefónico, con mis padres y con mi amiga íntima, esa “hermana del alma”.
Cuando comienzo a recuperarme todo es “rápido”. De un momento para otro me alisto y salgo de casa para visitar amistades, para ir al centro comercial, para disfrutar de tomar café en barcitos. No me cuestiono nada, “auto-lanzándome a la realidad” sumamente contenta y acelerada. Paso en horas de la depresión a la hipomanía. Luego, agotada, tengo un período de serenidad o me sumerjo en un estado de tristeza lo bastante intenso como para llevarme al desgano y la desesperanza.
Hoy llevo varios meses de estabilidad, lo que no quita que cada tanto tenga “días grises” o dentro de las 24hs alterne entre una leve desazón y un ligero acelere. Los “bajones” ya no  son tan profundos ni las “subidas” tan empinadas. En breve retomo el trabajo con ansias de dedicación absoluta y continua. Recónditas expectativas.

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